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Quiero hacer especial hincapié en los escritores jóvenes de Córdoba

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 las alocadas fantasías de un aspirante a escritor pueden estar el primer texto publicado, la invitación a una charla, el reconocimiento de un lector o de sus pares. En el caso de la cordobesa Perla Suez, ganadora del Premio Nacional de Novela 2013 por su novela Humo rojo, todas fantasías parecen ya cumplidas. Este año, además, disfruta un reconocimiento que excede las fronteras del país, un reconocimiento que la puso en un avión rumbo a Europa, invitada al Salón del libro de París 2014.

Más de 40 escritores argentinos forman parte de la comitiva que este año representa a la Argentina, país homenajeado en la prestigiosa celebración de las letras.

La alegría se refleja en la voz de la autora. Junto con Liliana Bodoc y Rosalba Campra, son las únicas embajadoras del mal llamado “resto del país” o “interior”. Los demás nombres son, claro está, de Buenos Aires.

Textos de Perla se tradujeron al francés, idioma que maneja a la perfección tras una seguidilla de becas en Francia, donde tuvo oportunidad de trabajar con nombres de la talla de Roland Barthes.

Para Suez, ir como invitada le suena a privilegio, pero aclara que esta vuelta del destino le sabe a cierre de un camino recorrido, de una etapa. La espiral caprichosa del destino quiso que volviera al lugar donde hizo sus primeras armas, esta vez a mostrar en qué se convirtió la joven becaria que tímidamente ponía pies en inmediaciones de la Torre Eiffel para iniciar un camino signado por la literatura. Para ella, el talento no es tan importante como el hacer. Y tal vez esa fórmula haya servido para emprender este viaje impensado.

Jugar de visitante
Es apretada la agenda de los escritores invitados en el marco de la conmemoración del cumpleaños número 100 de Julio Cortázar. Charlas, jornadas, entrevistas, disertaciones, mesas. Hay de todo. “Voy a participar en una jornada del libro infantil y juvenil, organizadas por la Biblioteca Nacional de París –cuenta Perla Suez–, junto con Mempo Giardineli, Liliana Bodoc y Ana María Shúa”, anticipa. Perla hablará sobre la escritura ante un público conformado mayormente por editores, traductores, bibliotecarios y docentes. “Elegí hablar de la biografía y la literatura –explica–; será una charla abierta donde trazaré similitudes y diferencias entre Cortázar y Marcel Proust, sobre cómo el trabajo en una ficción y en una biografía se sustentan en la necesidad de contar”, resume.

Perla también participará en otra mesa, donde el disparador es la consigna “Con qué sueñan los niños argentinos”, y aprovechará su vasta experiencia con lectores precoces, tras años de trabajo en el Cedilij, donde hizo una investigación sobre la mirada de los niños respecto de Malvinas. “A ese trabajo le sumaré Los Pichiciegos de Fogwill, desde ahí voy a hablar”, cuenta.

Queremos tanto a Perla
El esfuerzo de años dedicados a aporrear las teclas sigue dando frutos. Su novela Humo rojo fue elegida en Francia para integrar un catálogo de propuestas para llevar al cine. Eso significa que posiblemente tengamos en un futuro la posibilidad de pagar una entrada para ver una versión cinematográfica de la novela premiada de la escritora. El séptimo arte no es una frontera distante para Perla, que está trabajando en la escritura de un western patagónico, enmarcado en la última campaña del desierto de Roca. “La influencia del cine es muy fuerte porque yo escribo para visualizar”, explica.

Perla cuenta, con naturalidad, que después de 10 años de silencio desempolvó una pasión postergada y volvió a los libros para niños, ahora que su hija es madre y se siente motivada desde lo afectivo. A la mujer que siente que el peligro es repetirse, a la que la seduce el vértigo, le preocupa estar a la altura de sus antecedentes, de las expectativas en torno a su producción.

Embajadora
A la autora le toca el rol de embajadora, no sólo del país, sino de la provincia donde, asegura, hay promesas en las letras que necesitan ser cumplidas. “Allá quiero hacer especial hincapié en los escritores jóvenes de Córdoba –dice–. Hay una escritura fresca, una generación que muestra una narrativa muy importante. Lo voy a marcar todo el tiempo porque me está marcando también a mí”, confiesa.

Perla Suez está sorprendida con los escritores nuevos y con la explosión de editoriales. “Son pequeños fuegos que encienden al lector –explica–. Lo voy a decir allá porque me identifico más con los jóvenes que con los viejos. Incluso voy a leer fragmentos de algunos en las charlas abiertas, porque me gusta ser difusora”, agrega.

La escritora tiene varios encuentros pautados con editores y traductores franceses a quienes entregará material de autores locales. No quiere dar nombres.

A la manera de Cortázar, Perla Suez cree en los puentes, en la magia de París, y tal vez en las bondades del karma.